lunes, junio 25, 2012

Keeping secrets on your pillow



El sábado tomamos un taxi desde viña tipo 5  am hasta la casa de J. Los 20 minutos de siempre, se convirtieron en 10. Veníamos tan rápido por 8 norte que estuve a punto de retar al taxista, pero me dio nervio. No sé. Me imaginé que se enojaba y nos dejaba tirados en medio de la nada y yo sobrio con mis 3 amigos borrachos  era la peor forma de terminar mi fin de semana en quinta. Bien nerd yo.  Mientras mis amigos dormian opté por conversar con el taxista para ver si se distraía de su jueguito de adelantar a todo el mundo. La verdad no me contó nada muy interesante, pero me dio una tarjeta de descuento. Siempre que me devuelvo con J -de J y P- el habla con los taxistas. Supongo que se debe a que está un poco borracho y se le suelta la lengua, pero al final todas las veces que he andado en taxi con el, el chofer nos cuenta algo entretenido. Mi taxista era fome. 




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Nacido en Chucaquimata,de profesión periodista, surfista amante del mar,el arte, el pan con palta y los muffins.