El sábado tomamos un taxi desde viña tipo 5 am hasta la casa de J. Los 20
minutos de siempre, se convirtieron en 10. Veníamos tan rápido por 8 norte que
estuve a punto de retar al taxista, pero me dio nervio. No sé. Me imaginé que
se enojaba y nos dejaba tirados en medio de la nada y yo sobrio con mis 3
amigos borrachos era la peor forma de terminar mi fin de semana en quinta. Bien nerd yo. Mientras mis amigos dormian opté por
conversar con el taxista para ver si se distraía de su
jueguito de adelantar a todo el mundo. La verdad no me contó nada muy interesante,
pero me dio una tarjeta de descuento. Siempre que me devuelvo con J -de J y P- el habla con
los taxistas. Supongo que se debe a que está un poco borracho y se le suelta la
lengua, pero al final todas las veces que he andado en taxi con el, el chofer
nos cuenta algo entretenido. Mi taxista era fome.
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Acerca de mí
- Álvaro Serey Landauro
- Nacido en Chucaquimata,de profesión periodista, surfista amante del mar,el arte, el pan con palta y los muffins.
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