domingo, marzo 06, 2011

Aereopuertos

¿No tienes auto?

No. Para qué. Estoy juntando para comprarme un moto. Una scooter. ¿Las ubicas?
¿tienes hambre? ¿Desayunaste?

No. Osea, sí , sí tengo hambre.

Podemos pasar por el Dominó antes si quieres. Igual después que te duches podemos ir al supermercado
para comprar cosas finas para la noche. ¿Te gusta la centolla? ¿los camarones ecuatorianos?

No necesito ducharme.

Yo creo que sí, créeme.

Yo creo que no. No eres mi madre.

Pero soy tu padre.

El metro se detiene en la estación República. Pablo se baja con su bolso. Álvaro se sorprende pero no alcanza a salir. Lo
mira por la puerta de vidrio que justo se cierra. Álvaro levanta el dedo del medio.

El metro parte. Pablo se queda solo en su anden, camina unos pasos y se acerca a un mapa. En eso suena su celular.
el número no lo conoce pero sabe bien quién es.

-Súbete al otro y bájate en la Moneda. Es una estación oscura. Y una cosa, huevoncito, hazte el choro y te vas a dar cuenta quién manda acá.
si quieres podemos ser amigos. Me da lo mismo, tampoco tenemos mucho en común. O si quieres te trato como mi padre me trataba a mí
Puedo. Ponne a prueba, pendejo. Inténtalo no más. Ten cuidado, ten mucho cuidado.

Antes de que pablo alcance a responder, Álvaro corta.

Pablo guarda el número. Empieza a escribir papá pero lo borra y anota: Celis, Álvaro. Luego se sienta en uno de los asientos naranja
de la estación y siente que no es sólo sudor lo que le cae por la cara.

***

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Nacido en Chucaquimata,de profesión periodista, surfista amante del mar,el arte, el pan con palta y los muffins.