Digamos que voy al metro los dominicos, pero todavía estoy con los pies en tobalaba, cuando por tiempo debería estar cerca de escuela militar.
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Tengo
huesos, carne y piel que año a año se sienten más pesados y menos agiles. Tengo
emociones las cuales muchas veces sigo, pero el tiempo me ha enseñado a que veces es
mejor ignorarlas. A veces uso mi cabeza y en otras el corazón. Cometo mis
errores, tengo múltiples ansiedades y otras tantas inseguridades que no queman
mi cabeza, pero siempre están presentes. Tengo mis vicios como cualquiera, oye somos humanos. Sigo
pensando que las obligaciones son una mierda, pero el tiempo me han enseñado
que la disciplina puede marcar la diferencia entre tú y el que compite por tu
mismo puesto y horrible salario. El trabajo, el stress, el dinero y el poco tiempo
que te deja el trabajo no alcanza para nada, eso duele y es parte de ser viejo, eso te hace mierda, pero hoy
en mi vida eso no me importa. En general estoy contento y siento placer en la
felicidad de los demás. A veces sólo de ver a mi perro jugando o sentir la mirada sincera de mi gringita linda
me devuelve la fe en todo #unaemociónplacentera. (para que se entienda) Sé que
tengo suerte. Sé que estoy aquí y yo estoy vivo, puedo respirar, oír y amar. El
sol sale todos los días y mañana es viernes otra vez.