Ventanas era el perfecto pueblo pequeño alejado del ruido y del gentío acumulado entre reñaca, con con y viña. En ventanas se mezclaba la belleza del océano pacifico y una playa central que cruza todo el pueblo. En algún momento me contaban los viejos en sus historias el pueblo vivió un auge inesperado en los 60 y de un segundo a otro se convirtió en el destino a visitar durante los veranos de la clase alta santiaguina. Por un breve tiempo, las arenas de ventanas tuvieron la atención del high class chilensis el cual dejaba buen dinero a los pueblerinos a cambio de comida y arriendo de sus hogares los cuales de un segundo a otro pasaron de ser humildes a chic. Lamentablemente el turismo prometedor duró poco, la conservadora clase alta santiaguina no miró con buenos ojos el exacerbado hipismo que reinaba en el cercano pueblo de Ritoque, lugar en el que se había visto jóvenes desnudos tomando sol, chascones fumando hierba y fogatas en las que se bebía alcohol sin pudor. El high class prefirió emigrar al norte donde encontró en chachagua un lugar perfecto donde cimentar el que es hoy el balneario donde el arriendo cuesta más caro en la temporada alta en chile. (volviendo) El ventanino así vio escapar la su one chanse de surgir como ciudad. Tiempo después y producto del inconformismo reinante se aprobó unánimemente y sin mayor estudio la apertura del proyecto que podría revivir el auge del pueblo. Codelco, empresa nacional de cobre necesitaba instalar en las playas la que sería una refinería en la cual todos los habitantes podrían tener trabajo, beneficios e incluso plan dental. Sin dudarlo el alcalde firmó el acuerdo y así ventanas resurgió nuevamente, pero esta vez las playas las que alguna vez fueron el orgullo del pueblo se convirtieron en el triste escenario que es hoy. La refinería dio trabajo, pero entregó al mar residuos que convirtieron sus aguas en las más toxicas del país dejándolas no aptas para el uso de los bañistas. A demás, producto de la contaminación que emana de la refinería muchos días la nube toxica que emana de las chimeneas envuelve la ciudad dejando el aire irrespirable y a los habitantes con problemas respiratorios.
.. paradójicamente fueron los hippies de ritoque los cuales en una de sus innumerables protestas a las afuera de la refinería los que se dieron cuenta que pegado al muelle de embarque de material salía una ola que reventaba izquierda, corría por lo menos tres metros he incluso tiraba un tuvo. No pasó mucho tiempo para que esos mismos hippies no dudaran en llevar sus tablas, se pusieran los traes y se metieran a surfiar la que es una de las mejores olas de la quinta región. Hoy por hoy, en ventanas los pueblerinos tienen trabajo, los niños plan dental y los hippies reclaman desde el muelle montando olas.
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